Add parallel Print Page Options

Porque el día de la venganza ha estado en mi corazón, y el año de mi redención ha llegado. Yo miré, y no había quien ayudara. Me asombré de que no hubiera quien apoyara. Entonces mi propio brazo me salvó; y mi ira, ella me sostuvo. Con mi furor pisoteé a los pueblos; los embriagué con mi ira y derramé su sangre por tierra.

Read full chapter